- Según la Organización Mundial de Salud (OMS), seis de cada diez enfermedades están relacionadas con lo que comemos
Debido a la pandemia, nuestro estilo de vida cambió para evitar la exposición al contagio y proteger nuestra salud. Sin embargo, también se han presentado aumento de casos de obesidad y sedentarismo por falta de ejercicios o una alimentación saludable que a largo plazo conllevarán al desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión, dislipidemias o un tipo de cáncer.
Para Alejandro Vargas, coordinador de programas de la ONG Acción contra el Hambre, la pandemia ha repercutido en la salud de las personas y ha traído consigo problemas psicológicos como la ansiedad y/o depresión, condiciones que, en algunos casos, propicia en las personas el consumo de alimentos altos en azúcar, sodio y grasas.
Según el Instituto Nacional de Salud existen más de 14 millones de peruanos y peruanas mayores de 15 años con sobrepeso u obesidad, una cifra alarmante en tiempos de pandemia donde el 85,5% de pacientes fallecidos por Covid-19 fueron personas con obesidad o tenían un sistema inmunológico débil y menos resistencia en las vías respiratorias.
Con el propósito de reforzar nuestra salud y el bienestar de toda la familia, Alejandro Vargas, especialista en nutrición de la ONG Acción contra el Hambre nos ofrece 7 recomendaciones para evitar el sedentarismo y obesidad:
1. Actividad física de 10 minutos cada 2 horas durante el Home Office: Para salir de esa silla y evitar dolores musculares, cefaleas, fatiga visual, mejorar la circulación de la sangre, entre otras es indispensable realizar actividades físicas de 10 minutos cada 2 horas, como caminatas, subir o bajar escaleras y estirarse. Con ello lograrás romper el sedentarismo.
2. Realiza ejercicios con un tiempo estimado: Según la Organización Mundial de la Salud, se recomienda para los adultos realizar ejercicios de 150 minutos por semana y, en el caso de niños y adolescentes, 300 minutos por semana de ejercicios de intensidad moderada.
3. Ser puntuales en el horario de comida: Para mejorar tu digestión debes ser fiel a tus horarios de comidas, de lo contrario estarías consumiendo porciones más grandes de lo ideal, aumentando tu peso.
4. Evita el consumo de productos procesados: Es importante evitar el consumo de productos ultra procesados porque son altos en azúcar, sodio y grasas saturadas que conllevan a desarrollar sobrepeso y obesidad, perjudiciales para nuestra salud. Una excelente opción es consumir snacks saludables como frutos secos que pueden ser acompañados de queso fresco o una ensalada.
5. Revisa tu IMC para saber si tienes riesgo de sobrepeso: Para saber si una persona se encuentra en riesgo de sobrepeso se usa mayormente el índice de masa corporal (IMC), que se determina dividiendo el peso (kilogramos) entre la estatura al cuadrado. En adultos el peso es saludable cuando el IMC se encuentra en el rango de 18.5 a 24.9, mientras que si IMC es mayor a 24.9, la persona tendría sobrepeso u obesidad. Estos rangos son válidos para personas de 20 a 65 años.
6. La alimentación saludable no es cara: Usualmente se relaciona la alimentación sana con la compra de productos exclusivos a un precio elevado, pero esto no es así. Se puede mantener una dieta rica y balanceada, con los alimentos disponibles según la estación y localidad, adaptándola a sus necesidades y preferencias. La clave está en la variedad y las porciones adecuadas.
7. Visita al nutricionista para prevenir enfermedades: Por lo general, se visita a los nutricionistas cuando quieren bajar o subir de peso o cuando necesitan la dieta para tratar una enfermedad. Sin embargo, se recomienda visitar al nutricionista cuando existe algún cambio significativo del apetito, si se tiene algún problema digestivo, si necesitas orientación en lactancia materna o en alimentación durante el embarazo, o si perteneces a la tercera edad. En cuanto al control de un adulto se realiza el seguimiento de forma mensual luego de su primera consulta.
Cabe destacar que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), seis de cada diez enfermedades se encuentran relacionadas a lo que comemos y una malnutrición generada por hábitos inadecuados puede conllevar a sufrir de hipertensión arterial, colesterol elevado, anemia, diabetes, obesidad, etc.