En el Perú las zonas más vulnerables y con poco acceso al agua son las áreas rurales. Según la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales (ENAPRES) en 2021 el porcentaje de hogares con abastecimiento de agua en estos lugares alcanza el 76,4%.
Los países miembros de la ONU, institución que promueve el Día del Agua cada 22 de marzo, tienen el compromiso de abastecer a todos sus ciudadanos de agua y saneamiento para el 2030.
La importancia del consumo agua potable y el acceso al saneamiento adecuado radica en que son fundamentales para la nutrición, la salud y la dignidad de todos. Sin embargo, el acceso al agua es nulo para casi 3 millones de peruanos. Josué Porras, especialista en agua y saneamiento de la ONG Acción contra el Hambre, explica algunas barreras que impiden el acceso al recurso hídrico y da claves para revertir la situación.
Porras reconoce que en América Latina y el Caribe, las principales barreras son la falta de políticas orientadas a la gestión integral del agua, los mecanismos para la conservación, provisión de infraestructura y la gobernanza del agua. “Para que llegue (el agua) hasta nuestros hogares son necesarias represas, embalses, canales, plantas de tratamiento, reservorios, redes de distribución, y, sobre todo, una adecuada administración para garantizar que el recurso llegue a zonas vulnerables”.
Población vulnerable
El especialista indica que el acceso de agua potable para 3 millones de peruanos es nulo. Según ENAPRES, para el año 2021, a nivel nacional el porcentaje de hogares con abastecimiento de agua por red pública alcanzó el 90,6%. Si estas cifras lo miramos por áreas de residencia, el 94,4% de hogares urbanos cuentan con abastecimiento de agua por red pública, mientras que en el área rural el porcentaje alcanza el 76,4%.
“Entonces, podemos decir que los grupos más vulnerables a la escasez o falta de agua potable son los peruanos que viven en área rural, muy alejados de las capitales departamentales y en zonas de fronteras y en zonas periurbanas”, indica Porras. Destaca que esta población está siendo víctima de los estragos del ciclón Yaku, por lo que sugiere que se observe y fiscalice las acciones de prevención para que más gente acceda al recurso, mientras que en casa las familias redoblen el buen uso del agua.
¿Qué se hace para mejorar el acceso al agua en contextos de emergencia?
Asegurar el acceso a agua potable y espacios de saneamiento seguros es fundamental para garantizar la protección y reducir el riesgo de epidemias. Según Porras, “las redes de agua y saneamiento son en muchos casos las primeras infraestructuras afectadas por desastres, impidiendo el acceso a servicios tan básicos como el acceso al agua y saneamiento seguros y dignos, que son a su vez derechos humanos”. Cuando no hay acceso a agua segura, analizamos fuentes donde sí haya. La distribuimos. También suministramos productos de higiene y creamos espacios seguros de saneamiento.
Conscientes de la urgencia de priorizar el acceso al agua en momentos de desastres, Acción Contra el Hambre realiza intervenciones en mercados, establecimientos de salud, comedores populares y ollas comunes, llevando a cabo actividades de agua, saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés). Durante el 2022 nos hemos centrado en el mejoramiento de infraestructura básica, como la refacción de tuberías, instalación de tanques de agua, desinfección de las zonas de almacenamiento del recurso y provisionar puntos de lavado de manos. Otra acción se enfocó en la educación sanitaria, con la capacitación y fomento de hábitos de higiene, provisión de kits de lavado y guías para la manipulación de alimentos.
Por último, se ejecuta una estrategia de gestión, conformando comités para velar por la adecuada prestación del servicio de agua dentro de establecimientos de salud, mercados, escuelas y comedores populares. Aquí se trabaja guiados por normativas nacionales del agua y por manuales de apoyo internacionales concernientes a WASH. Asimismo, se articulan capacitaciones con los gobiernos locales donde se interviene.