José Gregorio La Torre Manrique, es un ciudadano venezolano que se vio en la necesidad de emigrar hacia Perú en el 2018. Llegó junto a su esposa y sus dos hijas de 13 y 3 años con la expectativa de un mejor futuro.
Actualmente vive en Lima, en una pequeña habitación alquilada en un cuarto piso de unos 3 por 4 metros, en donde tiene tanto un par de camas, un perchero con la ropa de toda la familia y una pequeña cocina de dos hornillas, lugar de donde su esposa y sus hijas pasan todo el día desde el inicio de la cuarentena.
Los primeros meses para él y su familia fueron difíciles debido a que la oportunidad de trabajo que le habían ofrecido nunca se hizo realidad y los pocos ahorros con los que contaban se agotaron rápido entre la compra de alimentos y el pago de la educación de sus hijas.
José era el único que salía tanto a hacer las compras como a buscar trabajo, siempre con el temor de contraer COVID-19 y contagiar a su familia al volver a casa.
Su prioridad es la alimentación y educación de su familia, a pesar de incluso haber sido operado en dos oportunidades por un quiste cerebral, por el cual requiere seguir un tratamiento, que por las circunstancias no puede pagar porque no cuenta con suficientes recursos económicos.
Con la llegada de la pandemia sus principales desafíos son seguir trabajando para solventar los gastos necesarios de su familia y sobre todo mantener saludable tanto a él mismo como a su familia, siguiendo siempre las recomendaciones de protección contra el virus.
Con la ayuda brindada por la Cooperación Española y Acción contra el Hambre, José ha podido sentir un impacto positivo en su vida con respecto a los temas de alimentación. Pues este beneficio le da la oportunidad de poder centrarse en otras prioridades que le permitan seguir adelante.