Por Sebastián PaicoDesde los panes gallegos de Caracas, Venezuela, a los panes francés de la av. Perú en Lima, Luis Castillo, panadero con más de 30 años de experiencia, llegó a Perú en 2018 buscando nuevas oportunidades para comenzar con su negocio de panadería y repostería. En 2023, con el apoyo de Acción Contra el Hambre y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Luis estructuró su propio plan de negocios gracias asu participación en el programa VIVES EMPRENDE.
Debido a la crisis política, económica y social que atravesaba su país, las condiciones de vida complicaban las aspiraciones de Luis Castillo para salir adelante junto con su esposa Lanny Fernández y sus dos hijos. Los precios de los ingredientes que utilizaba en la preparación de los panes, sobre todo la harina, cambiaban de un día para el otro aumentando sus costos de producción. “Era poco rentable continuar con nuestro negocio ahí. Teníamos que salir pronto”, recordó Luis Castillo mientras preparaba panes pizza para un pedido.Fue entonces que vendió su horno y batidora, y con ese dinero partió solo durante un largo camino hasta llegar a Lima el 23 de abril de 2018. Gracias a su primo Christian, encontró un empleo informal como ayudante de una panadería por la av. Perú. Desde entonces, su único objetivo era ahorrar lo suficiente para que su esposa e hijos vinieran a Perú, hecho que cumplió luego de seis meses.
Tras un año y dos meses, Castillo dejó su trabajo y con sus ahorros compró todos los implementos para emprender su propia panadería y repostería en el mercado Santa Rosa de las América, a pocas cuadras de donde vive.
Emocionado, celebró lo que buscaba por tanto tiempo: progresar. Sin embargo, la felicidad duró poco. A causa de la pandemia, las personas ya no le compraban tantos panes como a sus inicios por temor a contagiarse de Covid-19. “Poco a poco las personas dejaron de venir. Las ganancias ya no eran las mismas. Con mucho pesar, tuve que cerrar mi puesto del mercado”, relató nostálgico Castillo.Tras un breve periodo de tiempo trabajando como vigilante en el mismo mercado donde estaba su antiguo puesto, volvió a dedicarse a tiempo completo a la preparación de panes a pedido, mientras que su esposa, Lanny Fernández, se encargaba de repartirlos. Pese a que su negocio comenzaba a dar frutos nuevamente, la falta de un plan de negocios limitaba mucho el potencial y los ingresos que podría generar su emprendimiento.
No fue hasta que Lanny, en un grupo de WhatsApp de sus compatriotas, descubrió el programa VIVES EMPRENDE de Acción contra el Hambre. Luego de inscribirse y de superar el proceso de selección, comenzó con los talleres emocionados ante esta nueva oportunidad de desarrollo de su emprendimiento.
Desde un principio no fue fácil para Luis y Lanny: no contar con una computadora o laptop frenaba mucho sus avances en las tareas para construir su plan de negocios. No obstante, la paciencia y comprensión de su profesora Isabel Laura los motivaba a continuar con este importante taller. “De ellos destaco la perseverancia por salir adelante y la dedicación de cada detalle de su plan de negocios”, resaltó Laura.
“Al inicio, yo pensaba que solo tendríamos unas breves charlas sobre lo que es un emprendimiento. No imaginé que en estos talleres aprendería tanto y, principalmente, en armar un plan de negocios desde cero”, resaltó Lanny Fernández mostrando sus borradores de constantes intentos y de mucho esfuerzo y dedicación.Luis Castillo y Lanny Fernández lograron completar su plan de negocios con tanto esfuerzo y dedicación. Foto: Pedro CóndorIncluso con borradores y varios intentos fallidos, Luis y Lanny terminaron a tiempo su plan de negocios, el cual fue uno de los más destacados del aula. Luis Castillo recibió su diploma de graduación el día 18 de agosto con la esperanza de que esta sea el inicio del camino de su nueva meta: reabrir su panadería en el mercado.Luis Castillo con su diploma de graduación luego de culminar con los talleres de VIVES EMPRENDE. Foto: Alexis Ibáñez