La crisis económica generada por la pandemia, el cambio climático y la guerra entre Rusia y Ucrania elevan la situación de inseguridad alimentaria en Perú.
En nuestro país, carecer de un plato de comida con alimentos variados y no poder contar con el número necesario de comidas es tener inseguridad alimentaria. Según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), en el 2021, 16,5 millones de personas en Perú se encontraban en situación de inseguridad alimentaria (moderada y severa), de las cuales 4 millones corresponden a Lima Metropolitana. Las cinco regiones con mayor inseguridad alimentaria son las regiones de Ayacucho con el 67%, Apurímac con el 66%, Cusco con el 64%, Puno con el 61% y Ancash con el 60%, respectivamente.
Lamentablemente, el pronóstico es bastante crítico en relación a la subida de precios en productos agropecuarios el cuál se extendería hasta el 2024, según el Banco Mundial. Alejandro Vargas, Coordinador Técnico y de Calidad de Acción contra el Hambre nos comparte las soluciones y estrategias para solucionar la crisis del hambre:
Atención urgente a las Ollas Comunes (alimentos, capacitación y equipamiento) basada en un registro nacional de Ollas Comunes y con mecanismos de vigilancia ciudadana y seguimiento de la Contraloría General de la República para evitar corrupción y clientelismo político.
Hay que actualizar los padrones de los comedores populares y brindar los alimentos que necesitan.
Es indispensable que se elabore y distribuya un alimento complementario para los niños menores de 3 años y las mujeres gestantes para asegurar que se estén cubriendo sus necesidades nutricionales en este periodo de crisis.
Empezar a diseñar e implementar un bono temporal de carácter alimentario y focalizado de quintil 1 y 2 de pobreza.
Se requieren medidas inmediatas orientadas a apoyar a los agricultores familiares a promover la producción de alimentos basada en la agricultura ecológica y sostenible.