Durante el primer trimestre de la pandemia por la COVID-19, más de 2.3 millones de limeños estuvieron desempleados, según Datum International. En este escenario, gran parte de esta población decidió emprender; el 60% lo hizo por necesidad, mientras que un 40% porque le gustó ser su propio jefe.
Actualmente, el 63% de peruanos tiene un emprendimiento (55% trabaja en un emprendimiento propio y 8% emprende y trabaja en una empresa). Asimismo, el 44% de los emprendedores se ubica en Lima Metropolitana, según el estudio: “Perfil del Emprendedor Peruano del Bicentenario” de Ipsos. Recordemos que el perfil del emprendedor peruano es competente, se siente capaz, creativo, perseverante, reflexivo y asume riesgos, no por ello Perú es considerado como uno de los países con la tasa más alta de espíritu emprendedor.
Para Alberto Lozada, especialista en empleabilidad y emprendimiento de Acción contra el Hambre, los emprendimientos económicos que se han consolidado en este contexto son aquellos que llegaron a reinventarse – “innovarse”- y adaptarse a nuevas tecnologías y plataformas digitales (implementación del servicio delivery, pasarelas de pago, venta por redes sociales, etc.). Según Datum, 4 de cada 10 emprendedores ya usa internet como un canal de venta.
“La propia pandemia nos llevó a realizar actividades desde la virtualidad, motivo por el cual el emprendedor debe fortalecer sus competencias digitales y capacitarse en el uso de herramientas virtuales. Otro reto que deben afrontar es implementar la innovación de manera constante en sus procesos, practicar la inteligencia emocional para escuchar y captar nuevos clientes, así como estar preparado ante una eventual crisis”, dijo Lozada.
Por otro lado, recomienda la formalización para acceder a financiamiento, lograr visibilidad en los mercados nacionales e internacionales y participación en licitaciones públicas. Acción contra el Hambre, con el programa Vives Emprende fomenta las competencias emprendedoras y la formación técnica para hacer realidad un negocio, además promueve la formalización. Actualmente más del 50% de los beneficiarios que culminan el programa formativo, logra formalizar su negocio.