La salud mental debe ser igual de urgente y prioritaria como la atención por enfermedades físicas. Según el Ministerio de Salud (MINSA), 2 de cada 10 peruanos padece de un problema de salud mental, que representa más de 6,5 millones de personas. Con el impacto de la pandemia dicha condición salió a la luz, y los cuadros con mayor incidencia fueron ansiedad, estrés y depresión.
“Los problemas a nivel político, social y económico, son también factores que agravan la inestabilidad y estrés en la población al no saber qué es lo que puede ocurrir en los próximos días, y, en consecuencia, se desencadenan emociones naturales como la ansiedad, la frustración, la preocupación, etc. Por lo que es importante tener una rutina y pautas que puedan ayudar en el control de sus emociones”, dijo Graciela Torres, especialista en psicología de Acción contra el Hambre.
Acceso a servicio de salud mental
Según la Organización Mundial de la Salud, el gasto per cápita en Perú sobre la salud mental debería ser alrededor de 37 soles, sin embargo, es menos de 17 soles. Lo que representa la insuficiente calidad de los servicios, poco presupuesto destinado y la escasa promoción. Por consecuente, existen más de 5,2 millones de personas con algún problema de salud mental que no reciben atención.
En el caso de las personas migrantes, su estado es complicado ya que se encuentran en un proceso de adaptación al nuevo país de acogida en donde afrontan varios retos tales como: pérdida de estatus social, discriminación percibida, inestabilidad, precariedad económica y laboral. Su acceso a los servicios de salud es tan complicado como lo es para los peruanos.
En ese sentido, Graciela Torres nos brinda cuatro consejos para mejorar nuestra salud mental ante un contexto social, político y económico complicado y que afecta a gran número de personas aún en plena pandemia:
Identifique sus propios problemas y necesidades: El cuidar de uno mismo implica entender que nuestras propias necesidades también son importantes, sobre todo cuando se tiene el rol de cuidador o jefe de familia. Así, una de las acciones que podemos realizar es poder expresar nuestro malestar: escribiendo, contándole a alguien de confianza, practicando alguna actividad artística, entre otros.
Busca acompañamiento emocional: Debido al retorno de las actividades presenciales, existe una parte de la población que mantiene temor al acercamiento con los otros, prefieren el aislamiento dejando de lado la importancia de interactuar con el mundo exterior. Por eso, para el proceso de readaptación apóyese en charlas, terapias, acompañamiento emocional y pautas de regulación.
Incorpore hábitos de autocuidado: Permítase expresar el malestar emocional a través de acciones funcionales, por ejemplo: a través del deporte, de la escritura, de la música, de la danza, etc. Además, es importante incorporar rutinas saludables que fortalezcan la percepción de bienestar y salud mental.
Dedique un espacio placentero: Es dedicar un espacio de tiempo al día para una actividad placentera, como cuidar el sueño, la alimentación, evitar el consumo excesivo de noticias (sobre todo antes de dormir) y cuidar de las relaciones sociales.